¿Cómo responder a un mercado que se achica?

En el Segundo Encuentro Regional Sudamericano Economía de los Trabajadores se comenzó a pensar cómo responder regionalmente a una economía cada vez más agresiva hacia nuestras empresas. El asociativismo en el marco de una crisis que excede a Argentina.
Las ventas de los comercios minoristas, medidas en cantidades, cayeron en noviembre 8,5 por ciento en relación a igual mes del año anterior y acumularon una baja interanual de 7,1 por ciento en once meses, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Los 22 rubros relevados registraron fuertes bajas.
Los datos oficiales no son más auspiciosos: la actividad económica cayó 3,7 por ciento en septiembre respecto del mismo mes de 2015, según el Indec.
Aunque cuesta generalmente adaptarse a las reglas del mercado que se achica, es cada vez más agresivo y deja a las empresas autogestionadas mano a mano con las importadoras, hay que resisitir. Hay que afilar la cuestión productiva y ver muy bien en cada situación cuáles son las perspectivas de mercado en sentido tradicional, pero también en complementación, integración económica y mercados alternativos.
La autogestión no se termina en el Río de la Plata ni la Coordillera de los Andes. Se pueden pensar relaciones con países limítrofes, donde también hay empresas autogestivas. No es fácil, pero se han hecho avances en ese sentido.
Lo más simple, desde Buenos Aires, es relacionarnos con Uruguay, y en el último Encuentro Sudamericano de Economía de los Trabajadores se empezó algo en ese sentido. Hay cooperativas que exportan o que tienen desarrollo en mercado exterior.
Andrés Ruggeri, impulsor de estos encuentros, titular del programa universitario Facultad Abierta y miembro de FEDECABA, dio su parecer.
¿Cómo caracterizás este momento económico?
Estamos en un momento de fuerte recesión que excede a Argentina. Es una crisis mucho mayor. Por eso, hay que trabajar mucho con cada cooperativa y con cada sector para saber que no se va a contar con ayuda del Estado, que el mercado se achicó y va a haber que cuidar cadenas y costos.
¿Qué autocrítica creés que nos merecemos como sector?
Durante el kirchnerismo, el mercado estaba en expansión. Tenemos que reconocer que las ventajas de lo asociativo no fueron del todo aprovechadas en lo económico, aunque sí en lo político y cultural. El objetivo social en la autogestión, por ejemplo, hace que haya menos costos operativos: el costo gerencial no debería existir. Sin embargo, eso no implica que directamente se vaya a ganar más porque depende también de la adaptación de los trabajadores a este otro modelo, el autogestivo.
¿Qué metas pondrías para sortear esta crisis?
Tenemos que imponer que los productos cooperativos son más sanos en muchísimas cuestiones como condiciones de trabajo, ausencia de explotación, salud. Tiene que estar claro que no tenemos posiciones monopólicas, que no imponemos precios abusivos ni condiciones hacia los trabajadores y consumidores. Creo que hay un sector que está interesado en consumir lo que se produzca de otra manera. Hacia ahí debemos apuntar, no solo con una campaña publicitaria, sino también política.