Hugo Cabrera: “El clima dentro del sector es de incertidumbre total por eso tenemos que juntarnos”

El presidente de nuestra Federación analizó el primer mes de gestión del gobierno de Mauricio Macri y la relación entre las cooperativas y el Estado.
“Las cooperativas que dependían del trabajo que les daba el Estado van a tener problemas para subsistir. Hay muchos sectores viendo, analizando y tratando juntos pero recién en marzo tendremos un mejor panorama sobre esta problemática. Ahora tenemos que juntar, visitar cooperativas para ver cómo marchan y evaluar cuál va a ser nuestra reacción porque el clima dentro del sector es de incertidumbre total”, explicó Cabrera.
Luego de la detención de Milagro Sala, referente de la organización Túpac Amaru, el diario La Nación publicó una columna editorial titulada La desnaturalización del cooperativismo en donde señala que “el nuevo gobierno afronta el desafío de sanear un sistema de asistencialismo basado en la militancia política, que desvirtuó la sana figura de las cooperativas”.
Sobre este tema, el Presidente de FEDECABA señaló: “Obviamente es una lucha muy clara desde lo ideológico, lo que significan ellos como defensores de la propiedad privada, en contra de una organización con propiedad social”. Y recordó que en 2004, en pleno proceso de recuperación de una clínica ubicada en el mismo barrio en donde produce la Gráfica Campichuelo, ese diario afirmó que “que había que liquidar las empresas que caían, darle un plan momentáneo a los trabajadores y dejarlos, no permitir el armado de cooperativa”.
En su artículo de esta mañana, La Nación también indicó que “no han sido los trabajadores quienes decidieron constituir la cooperativa, no fue el Estado el que decidió contratarlos; por el contrario, los subsidió para disminuir ficticiamente y disimular el índice de desocupación”. Cabrera desmintió esas afirmaciones: “Los subsidios no llegaban solamente a las cooperativas, sino que también le otorgaban a empresas privadas, con el objetivo de que no echaran gente. Ahora hablan de subsidios intencionalmente para mostrar aquello que no es legítimo. Y eso es una farsa”.
“Estas experiencias de propiedad social sirvieron como contención a muchas familias y grupos de trabajadores que pudieron encuadrarse dentro de ese marco para vivir dignamente. Si el gobierno va a avanzar en forma indiscriminada, sin tener ningún tipo de posibilidad de analizar estos fenómenos, estas organizaciones que permiten que los trabajadores puedan tener recursos legítimos, se están suicidando. Van a armar la situación exacta para que todo estalle. Es inviable plantearse un escenario similar al 2001. Para aplicar sus políticas necesitan un panorama de crisis. Ahora, también juegan al borde, porque esa crisis va a significar mantener una gran cantidad de desocupados, que la gente tenga que volver la gente a la calle, al trueque”, advirtió.