La central brasilera Unisol se reunió con FEDECABA
Durante el 12 y 13 de septiembre Isadora Candian dos Santos, tesorera de la Central de Cooperativas y Emprendimientos Sociales Unisol, compartió diferentes encuentros con cooperativas de la Federación, y contó la experiencia del país vecino.
Unisol Brasil (Central de Cooperativas e Empreendimentos Solidários) surgió en el 2000 como respuesta al crecimiento del movimiento cooperativo que había experimentado el país a lo largo de toda la década de 1990, cuando las políticas neoliberales iban desestructurando la economía nacional y, con ello, destruyendo las fuentes de empleo, lo que motivó a que los trabajadores y la población en general buscase en la economía social y solidaria la respuesta a su reproducción cotidiana, material y cultural. Hoy en día, la entidad cuenta con representación en los 27 estados nacionales del Brasil, organizada en el diez sectoriales: metalurgia y polímeros, alimentación, construcción civil y habitacional, confección y textil, cooperativas sociales, reciclaje, artesanías, agricultura familiar, apicultura y fruticultura. En el marco de relacionar las experiencias del cooperativismo y estrechar lazos, Isadora Candian dos Santos, tesorera de la organización, visitó las cooperativas La Huella, Campichuelo, Consol, Coopar, La cacerola y la sede de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT), donde estuvieron con su presidente, Christian Miño; además, tuvo reuniones privadas con el presidente de FEDECABA, Hugo Cabrera, y con José Orbaiceta, en representación de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar) y el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes).
¿Qué diferencias puede notar en el desarrollo del cooperativismo entre Argentina y Brasil?
En Argentina me parece que son más comunes las experiencias de cooperativas y asociaciones, junto con una cultura de debate político más desarrollado en la sociedad en su conjunto. En cuanto que en Brasil carecemos de más políticas de fomento al cooperativismo, asociativismo, y existe un sentimiento “apolítico” generalizado, como si la discusión sobre política sólo se restringiese apenas a la política institucional. También pude notar la importancia de los mecanismos de gestión de los recursos para la economía social como un todo, donde todas las centrales poseen una participación en conjunto con el Estado.
Con todo, percibí que las mujeres asociadas no son mayoría, a diferencia de Brasil, donde las mujeres son mayoría en la economía solidaria. También cabe decir que en Argentina posee existe una participación de jóvenes mayor que en el Brasil.
¿Qué herramientas, experiencias de Brasil podrían nutrir al movimiento de la economía social argentino, y viceversa?
Creo que las experiencias de la Argentina con las fábricas recuperadas son emblemáticas, y viéndolo de cerca percibo que hay mucho más por conocer, con experiencias de los más diversos tipos, sectores económicos y número de socios; no sólo en los sectores industriales, que es lo más común en Brasil. También pienso que las federaciones son formas de ayudar a fomentar la autogestión de las centrales y confederaciones, y seguimos ese ejemplo en Unisol, buscando ahora la federalización de las cooperativas por regiones. Tal vez podamos contribuir con las experiencias de los sectores de la agricultura familiar, reciclaje, cooperativismo social –especialmente en el ámbito de la salud mental. Noté que tenemos experiencias diferentes dentro de esos grupos.
Sobre la visita a La Huella. ¿Cómo trabaja Unisol con las experiencias de cooperativas y proyectos en cárceles, asilos, educación especial, teniendo en cuenta que son poblaciones que sufren la exclusión social y cultural, ya sea a nivel estatal como social en general?
En Brasil llamamos “cooperativas sociales” a las cooperativas que trabajan con personas de salud mental, discapacitados, ex convictos, dependientes del alcohol u otras drogas, y jóvenes en situación de vulnerabilidad, basado en el modelo italiano de cooperativismo social. Esas iniciativas también pueden formalizarse como asociaciones productivas y algunas están afiliadas a Unisol. En el ámbito de la salud mental, también trabajamos con redes de emprendimientos, que hacen su trabajo con apoyo de servicios públicos de salude mental, que fomentan oficinas de trabajo para la rehabilitación psicosocial a través de la inclusión social por el trabajo cooperativa y solidario.
¿Qué experiencias de este estilo hay en Brasil y cuál es su importancia social?
Algunas experiencias afiliadas a Unisol son Associação Cornelia Vlieg / NOT – Núcleo de Oficinas de Trabalho / Armazem das oficinas (campinas, sp); Associação inclui mais (são paulo, são bernardo do campo, guarulhos, santo andré – sp); Associação arte e convívio (botucatu – sp). Todas esas asociaciones componen la red de salud mental y economía solidaria del Estado de San Pablo, compuesta por cerca de 160 emprendimientos. Son experiencias de asociaciones productivas compuestas por oficinas de trabajo que engloban diversos tipos de productos y servicios: artesanales y manufacturas diversas, alimentación, servicios, iniciativas culturales, agricultura orgánica… A su vez, son proyectos esenciales que promueven la inclusión social para el trabajo de persona con desórdenes psicológicos o dependientes del alcohol u otras drogas, que a través del trabajo solidario y cooperativo reorganizan sus proyectos de vida y pueden sustentarse financieramente.
¿Qué similitudes y diferencias hay entre la recuperación de fábricas en Argentina, y el movimiento de ocupación en Brasil?
Hay muchas semejanzas entre Brasil y Argentina, y siempre nos inspiramos mucho en las experiencias de ustedes. Los contextos de crisis económicas, la búsqueda por reposicionar a las empresas recuperadas en el mercado y el trabajo de autogestión de las cooperativas son las principales semejanzas. Como diferencias percibí que en la Argentina las experiencias de empresas recuperadas engloban diversos sectores económicos y tamaños distintos. En cuanto que en Brasil la mayor parte de las empresas recuperadas son de tamaño medio y de los sectores industriales.
¿Qué se lleva de la visita a Campichuelo, fábrica tan emblemática para las fábricas recuperadas en este país?
En la visita a Campichuelo fue posible ver cómo una empresa recuperada puede desenvolverse en un nicho de mercado específico y muy planeado, como la producción de documentos de vehículos para el Estado, con un alto nivel de seguridad y calidad. También fue muy importante ver la participación de jóvenes en la cooperativa, en la producción y especialmente en la gestión de la cooperativa.