Los jóvenes aseguramos el camino hacia Otra Economía

*Secretaría de Juventud de FEDECABA
El viernes pasado coordinamos el taller de jóvenes en el Encuentro La Economía de los/as Trabajadores/as, donde compartimos experiencias, problemáticas y desafíos que enfrentamos como generación dentro del mundo de las cooperativas autogestionadas y de cara al trabajo.
Contamos el caso de la Gráfica Campichuelo, donde la comisión de jóvenes es protagonista de proyectos de renovación y sustentabilidad. En una empresa recuperada hace 25 años, en la que ingresan por prioridad los familiares, y llegó a haber nietos y abuelos simultáneamente, la diferencia generacional hacía que en las reuniones y asambleas se hablara de problemas que tenían que ver con el pasado. Los más jóvenes, si bien agradecen haber sido asociados a una exitosa empresa autogestionada, propusieron ver para adelante y le pidieron permiso al Consejo de Administración para formar una comisión de quienes no habían estado en la recuperación de la empresa y llevan poco tiempo como asociados y asociadas.
Hacia adentro de ese grupo, comenzaron a problematizar la idea de que trabajar es ir ocho horas a la gráfica, volver a la casa y cobrar a fin de mes. “Nosotros podemos ser los próximos presidentes de la empresa”, se plantearon. Aggiornaron la comunicación y empezaron a pensar más allá de si mismos.
Invitando a socios fundadores, para no repetir errores del pasado, la comisión llegó a proponer el cambio de seis artículos del reglamento interno que consideró obsoletos.
A partir de estas propuestas, los jóvenes ocupan hoy la mitad de los cupos del Consejo de Administración y también influyeron en la mentalidad de los fundadores.
La ronda siguió con la experiencia de Cambá, una cooperativa de software, un laboratorio tecnológico. Incorporan jóvenes como respuesta a la falta de políticas públicas de empleo digno para nuestra generación. En Cambá trabajan juntos un compañero experimentado y uno joven en cada sector. Los que llevaban más tiempo asociados también supervisaban que todos estuvieran aprendiendo, estuvieran cómodos y trabajando democráticamente en pos de proyectos autogestionados.
Después de dos horas de compartir ideas y analizar la coyuntura, concluimos en que es necesario ampliar los espacios de participación de los jóvenes en este tipo de encuentros. Lejos de los prejuicios que indican que a la juventud le faltan conocimientos y experiencias –prejuicios que preparan el terreno para la precarización y flexibilización laboral de nuestra generación y más tarde del conjunto de la población-, nosotros y nosotras profundizamos los debates y seguimos demostrando que podemos manejar nuestras propias empresas. Somos nosotros quienes aseguramos la continuidad de los proyectos autogestionados y el camino hacia Otra Economía.