¿Puede Brasil enseñarnos algo?

*Por Darío Farcy, secretario de Relaciones Internacionales de FEDECABA

Sin duda la agenda política y económica se entrelazan para configurar una situación de creciente inestabilidad en la principal potencia de América Latina, y por ende en toda la región.

Luego del golpe institucional que derroco a Dilma Rousseff, se ha desatado una puja entre los sectores dominantes de aquel país por definir cual será el camino que tomara la restauración conservadora. Dando como resultado un gobierno interino inestable e impopular como el de Temer.

El encarcelamiento de Cunha, el operador del golpe, representa cabalmente la puja de poder al interior de los mismos partidos políticos que se beneficiaron con la remoción de la Presidenta (principalmente PMDB y PSDB). Nadie parece estar a salvo de las denuncias judiciales y mediáticas. Por ahora no parece haber acuerdo del bloque en el poder.

El golpe que recibió el Presidente, a través del video del dueño de la empresa de alimentación JBS, demuestra que las élites necesitan de un gobierno que pueda ser rápidamente reemplazable en el momento en que se encuentre un personaje que represente mejor los intereses de estos sectores. Al parecer aún no han encontrado nadie que pueda unificar y sea poseedor de cierta legitimidad para gobernar esta nueva etapa; no han encontrado aún su Macri.

Los que sí han encontrado su candidato, aunque no sin disputas, son los sectores populares. Hasta ahora Lula es el que tiene la mayor intención de voto y la mayor legitimidad dentro del espectro político. Esto genera que una ruptura del gobierno golpista podría abrir la puerta a una convocatoria a elecciones con la posibilidad de que la derecha tenga que enfrentarse a una nueva derrota en las urnas. Todos los intentos de los sectores conservadores por encontrar casos de corrupción que involucren a Lula han sido infructuosos.

Tampoco hay que olvidar que los sectores dominantes de la región se están jugando su futuro en el teatro de operaciones de Venezuela, pero no parece ser fácil para Brasil soportar hasta que este conflicto se resuelva.

La derecha brasilera se encuentra así en una encrucijada. Una economía que no da señales de mejorar, lo que presiona por encontrar un Gobierno estable y legitimo. Pero en la otra vereda, la única fuerza que puede presentar un candidato con la capacidad de llevar adelante esto, es el candidato del PT.

En tanto organizaciones de empresas autogestionadas, el desarrollo de la crisis en Brasil puede impactar en la búsqueda de mayores consensos para poder continuar construyendo una economía solidaria y democrática. No es menor tener una nueva derecha en Brasil que tener un nuevo gobierno del PT. Por lo cual a la hora de pensar el futuro de nuestras organizaciones tendremos que tener en cuenta la relación de los movimientos autogestivos de la región y el mundo.

La crisis de Brasil en la economía Argentina