¿Que implica para las cooperativas y las empresas autogestivas la reunión en Buenos Aires de la Organización Mundial de Comercio?

A raíz de lo sucedido en la última reunión del Grupo de los 20 en Hamburgo, en donde hubo grandes demostraciones populares de hartazgo hacia la política de austeridad y libre comercio encabezada por los gobiernos integrantes de esa organización, nuestro país espera tiempos conflictivos debido a los encuentros de la OMC y el G-20, en Diciembre y Julio del 2018 respectivamente.
*Por Darío Farcy, secretario de Relaciones Internacionales de FEDECABA
En Diciembre de este año la Conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio se reunirá en Buenos aires. Creada en 1995 -integrada por 164 miembros, entre países y asociaciones aduaneras-, es la institución emergente de la hegemonía neoliberal de los años noventa. Entre sus objetivos explícitos, impulsados por las grandes corporaciones multinacionales, podemos encontrar “la incorporación de los países en vías de desarrollo en los beneficios de la liberación del comercio mundial así como la ampliación de esta liberalización”.
Desde los años 90, lxs trabajadorxs y las cooperativas conocemos los resultados económicos y sociales que conlleva la liberalización de los mercados, y en estos últimos tiempos comenzamos a vivir nuevamente las consecuencias de una agenda gubernamental signada por la “apertura al mundo”. La destrucción de millones de puestos de trabajo, el cierre de miles de empresas y el aumento de la pobreza son los resultados claros de aplicar esas políticas. Las empresas recuperadas y las cooperativas saben muy bien que de la mano de los aumentos de las tarifas y de la apertura de las importaciones se va configurando un panorama oscuro para la producción.
Sin embargo muchos sectores PYMES, con los cuales compartimos el día a día de la producción, sueñan con tener mayores posibilidades gracias a las propuestas de la “inserción al mundo”. El director de la OMC, Roberto Azevedo, deja en claro que el desarrollo del comercio a través de Internet y del E-commerce va a ayudar a las PYMES gracias a que “las plataformas electrónicas pueden reducir considerablemente el costo de hacer negocios a través de las fronteras, eliminando las barreras creadas por la distancia” lo que no nos dicen es que para lograr esto no debe haber ningún tipo de protección económica, regulación o protección de los datos privados de las personas. A su vez, desde la OMC no dicen que en este mundo de libre comercio donde los productos y la información fluyen sin fronteras, las PYMES competirán con monstruos globales de la talla de Amazon o Google. No es difícil imaginar que las posibilidades reales que tendrán las pequeñas y medianas empresas, o una recuperada, serán nulas para competir con productos traídos de China a través del portal de Amazon. Y esto no solo porque los bienes chinos sean más baratos, sino porque las empresas que venden por Internet tienen organizado todo una red de información y publicidad -de allí la necesidad de obtener los datos personales generados por nuestras búsquedas en internet o lugares que visitamos- a la que difícilmente tengan acceso las PYMES o cooperativas.
En términos generales no es menor que la OMC venga al país a fines de este año y que el próximo año venga la cumbre del G-20 también a Buenos Aires, ya que es parte del plan que tienen las grandes transnacionales y los Estados centrales para cerrar el cerco de alianzas que solidifiquen la posición subordinada de los países periféricos. Macri, en esa estrategia, cumple un rol central ya que aspira a ser el líder de la nueva derecha tecnocratica y gerencial; de la cual su par brasilero, Michel Temer, es otro fiel representante aunque un tanto rezagado por el origen ilegitimo de su gobierno. Los movimientos del gobierno argentino en el Mercosur y en otros organismos internacionales, se acoplan a esta estrategia general en donde la OMC cumple un papel importante para definir caminos a seguir en la liberalización del comercio y profundizar la dependencia económica de los pueblos.
Los acuerdos de libre comercio, entre los que se encuentran los promulgados por la OMC, no solo imponen formas de organizar la producción, sino que también determinan los derechos de las corporaciones frente a los Estados. El caso reciente en donde los antiguos dueños de Aerolíneas Argentinas demandaron a Argentina en el CIADI, es un claro ejemplo de cómo funcionan las prerrogativas de las empresas a la hora de asegurarse sus ganancias extorsionando a los pueblos con la “llegada de inversiones”; y de cómo al acceder a todas sus demandes rifamos el futuro de nuestro país.
Las normas promocionadas por la OMC intentan generar estándares para homogeneizar las producciones dejando de lado las características y las necesidades locales tanto de productores como de consumidores. Así los mercados para los que se orienta las políticas de la OMC, y que los países miembro deben acatar, son de escala global ya que los mercados locales son entendidos solo como consumidores de mercancías producidas de forma barata y en grandes cantidades. En este juego de pulpos empresariales, las pequeñas empresas que producen para el consumo de una sociedad en particular están condenadas a desaparecer. Otro eje importante de estas normas, plantea que los Estados no pueden beneficiar a las cooperativas o PYMES en las compras públicas o en el acceso a las obras que éste emprenda, ya que los acuerdos obligan a tener un “trato justo e igualitario” para con todas las empresas. Eso implica que las instituciones públicas deben tratar igual a una empresa multinacional como “UrbaSer” que a una cooperativa de cartoneros a la hora de una licitación pública; y que el ganador sea el mejor precio ofertado. En suma si defendemos la viabilidad de producir sin patrones no podemos entonces aceptar estas destructivas reglamentaciones para nuestras sociedades.
Por todo esto debemos plantearnos en tanto movimiento que produce y trabaja de forma autogestiva, la defensa de los miles de puestos de trabajo que hemos generado en estos años de la mano de una democratización de la economía. Sin olvidar que es nuestra responsabilidad extender nuestras propuestas para no solo defender nuestro sector sino para demostrar que la mejor forma de producir para un consumo sostenible es el involucramiento de la sociedad en su conjunto, y eso son las empresas recuperadas y las empresas autogestionadas.